jueves, 3 de abril de 2014

Mi opinión sobre la presentación de PODEMOS



  
Estas son algunas unas impresiones, incompletas y no demasiados ordenadas ni extensas, sobre el acto de presentación de Podemos en Pinto.


El acto de presentación de Podemos me pareció interesante sobre todo porque se habló de política en sentido fuerte, denso, más allá de la inmediatez de unas elecciones o de la necesidad de la agitación, hace tiempo que eso no pasaba en Pinto. Agradecí mucho que no se tratase de un discurso de agitación y propaganda sino de reflexión y propuesta de futuro. A unos les puede parecer más consistente y  elaborado y a otros menos, pero Juan Carlos Monedero expuso, tal como afirmó, su concepción de la política y del proyecto que era necesario. No he leído su último libro, pero si he visto otros actos en los que ha participado últimamente y el discurso y lo que contó es muy similar. Me pareció honesto  que reconoció que en cuanto al método, las cosas no se habían hecho bien, aunque “era lo que había”, en eso no estoy completamente de acuerdo y creo que los métodos son importantes.

De igual modo me pareció honesto porque no nos trató de vender una solución mágica para las cosas, y porque dejó claro que las “grandes soluciones” solo pueden llegar a largo plazo y mediante un cambio profundo en el sentido común de las personas, aunque en mi opinión es demasiado optimista en cuanto a poder cambiar ese sentido común con relativa rápidez. Creo que es muy de agradecer que se dijese de modo expreso que no había intención de hacer la enésima secta.

Me parece interesante que la concepción que de Podemos tiene Monedero sea la de un catalizador para impulsar tanto la incorporación de los nuevos sujetos aflorados a raíz del 15M como para tratar de unir al conjunto de la izquierda que navega hecha mil pedazos. Al mismo tiempo, como el bien dijo, es “su idea de Podemos”, que no tiene porque coincidir con la de otra gente o grupos que participan, eso es un poco preocupante.

Sigue habiendo, a mi juicio, varias cosas que pueden inducir a la duda o a la preocupación: reconoció que es muy posible que, desde su génesis, en Podemos existan proyectos distintos o perspectivas de futuro que no coincidan. La idea suya y la de Pablo Iglesias de agitar IU para que sea lo que debe ser me parece audaz pero, repito, no sé si es compartida por todos los impulsores del proyecto. Al mismo tiempo si se trata de un proyecto de futuro, y con objetivos que solo se pueden cumplir a largo plazo, parece que surge alguna contradicción si se afirma que lo fundamental es “agitar a IU” para que cambie y encuentre una identidad democrática y pegada a la sociedad, para que se convierta en el movimiento sociopolítico que proclamaba en su nacimiento y que nunca llegó a ser.

No me terminó de convencer eso de Podemos como expresión política del 15M. Me parece un poco mecánico y no estoy seguro si el 15M se puede traducir, al menos todavía, en una organización política con nombre y apellido. Tal vez aún es demasiado pronto para eso y la cosa debe  cuajar. De todos modos si es cierto que lo que no nos podemos permitir es que las personas a las que el 15M ha sacado de sus casas retornen a ellas decepcionadas. Pero eso puede suceder tanto por la ausencia de referente político como las prisas excesivas en su construcción. Me sigue preocupando que la gente se queme.

Puestos a señalar cosas que no me gustaron, me pareció que la afirmación de que los instrumentos del pasado ya no valen fue demasiado genérica, que había que matizarla y explicarla. La crisis de consenso con respecto a partidos y sindicatos no quiere decir, al menos de modo automático, que los partidos y los sindicatos sean formas superadas. También algunas afirmaciones sobre la difuminación de los límites entre izquierda y derecha son arriesgadas y pueden llevar a legitimar discursos similares a los de UPyD, cosa que me parece bastante peligrosa.

Pese a que, de modo correcto en mi opinión, afirmó que lo que hay que hacer es aprender de la gente, que todos tenemos que colaborar en los proyectos políticos, en algún momento se pudo entrever un cierto aire de superioridad de “los intelectuales” que son los que van a revelar la verdad al pueblo. Me parece que eso es un error y que tenemos que tener muy claro que todos somos, de algún modo, intelectuales, que todos somos capaces de pensar y de elaborar. Si no tenemos claro esto vamos a reproducir la división propia del sistema en el que vivimos: unos piensan y otros ejecutan. Que alguien se autoatribuya la categoría de “intelectual” no me parece bien, creo que en ello subyace una intención de superioridad que no creo que sea útil ni real.

Pese a esto último, diría que la concepción que de Podemos tiene Juan Carlos Monedero no me desagrada, un intento de unir a la izquierda, a la que ya está organizada y a la que aún no lo está, pero no estoy seguro de que sea lo que vaya a ser Podemos realmente, tal vez Podemos sea lo que la gente que se sume al proyecto quiera, por eso me parece muy positivo que haya personas que desde fuera, desde las eternas guerras internas de la izquierda, trabaje en Podemos.